El hipertexto se entiende como una liberación que permite el acercamiento entre el lector y el autor de un texto. Y este texto se caracteriza porque su lectura ya no es secuencial ni predeterminada. El hipertexto borra esa sensación de unidad que le otorgan los libros a la lectura. Mientras hay uno quienes están de acuerdo con este carácter fragmentario, otros como Brent Braunschwig quienes encuentran que puede ser un peligro porque ya no hay un rigor intelectual que permita crear argumentos coherentes.
"Uno de los términos que más se repiten en el momento de describir el hipertexto es el de no-linealidad". El hipertexto se caracteriza entonces por la discontinuidad pues el lector está cambiando constantemente de posición, no se concentra de manera exclusiva en algún texto. Pero aunque es el lector quien decide a qué hipervínculo ingresas, es el autor quien decide dentro de cuáles puedes escoger.
Gómez-Martínez señala en su texto que estamos en un momento crucial de la historia en el cual estamos entrando a un nuevo orden, pero aún no acabamos de salir del anterior. Es decir, estamos andando por un largo camino.
Hay una parte crucial del texto en la cual se explica que el texto tiene dimensiones que muy probablemente nunca podrán ser manejadas por los hipertextos, y que por ende demuestra que el libro nunca será un medio muerto. Sin embargo, el hipertexto es una respuesta a una necesidad socio-cultural. Se están cambiando las razones que motivan la lectura y es por esta razón que el lector que demanda que el texto sea escrito en función de él.
Gómez-Martínez señala que "ningún texto es completo y, a la vez, los procesos intertextuales de cualquier texto pueden iniciar secuencias mucho más interesantes e importantes para el lector que las contempladas en su momento por el autor." Y es por esto que hay que perder ese medio de no leer completamente el texto porque podríamos perder una información crucial.
Asimismo, el hipertexto propone una relación más íntima entre lector y autor, pues es un texto que´puede estar siendo editado constantemente, a diferencia de los los medios impresos que no tiene opción de cambio. A menos que se cuente con el dinero suficiente para recoger los ejemplares impresos, picarlos y volver a imprimir con las correcciones correspondientes.